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NUESTRAS RAICES Y RAMAS

LA HISTORIA DE LOS RIERA



spain.PNGLos Riera de Cataluña

 

Cataluña históricamente comprendía un área que ocupaba parte de Francia y de España, con su propio lenguage, cultura, e identidad. Hoy por hoy es provincia de España. Aunque bajo Franco quedó prohibido el idioma catalán, ahora está de nuevo en uso común, tanto hablado como escrito. La capital de Cataluña, Barcelona, es un antiguo puerto y una bella ciudad, siendo sólo Madrid más importante para España.

Un poco más al sur sobre la costa del Mediterráneo yace el pequeño pueblo de Sitges. En temporada de verano sus estrechas calles se colman de turistas y de vacacionistas que vienen a disfrutar de la playa, las pequeñas tiendas, y los restaurantes. Los Riera vienen de estas dos ciudades; barcelona.JPGtienen un profundo orgullo de su herencia catalana.

Cuatro hermanos marineros de apellido Riera vivían en Barcelona en el siglo XVIII. A mitad del siglo XIX nació Miguel Riera y Matas, descendiente de uno de ellos.

 

Riera y Vidal

Cuando en 1980 un miembro de la famila visitó a Sitges, en España, encontró una tienda de ropa en Calle Mayor #11. A ese mismo edificio se había mudado Miguel Riera y Matas después de casarse con Vinyet Vidal en la decáda de los 1870. Empezaron a tener niño tras niño. María de Vinyet Vidal y Martí , como se le conocía formalmente, no paró de parir hasta haber producido el quinceavo de su prole, Mercedes Riera y Vidal. Pero primero tuvo a María, y entonces a Cayetana, y la tercera vez un varón, quien pudo tomar el nombre de Miguel.

Ya para cuando le llegó el número seis, Gustavo, nacido en 1881, Miguel padre se había hecho viñero y tenía su propio negocio. Vinos Miguel Riera y Matas, autorizado por el rey Alfonso XII, ha producido vino blanco y muscatel hasta el presente.

Dos varones más, Rafael y Pepet, habían nacido antes de Gustavo. Dos pequeños murieron al nacer. Una niña, Carmen, murió en su infancia.

Al finalizar el siglo nació Ernesto, el número doce. La casa no aguantaba más. Los mayores, ya mozos, trabajaban, aunque no había mucha plata que ganar. Las verdaderas oportunidades se encontraban en América. Sólo a Miguel, el hereu , le pasaría la herencia del negocio vinífero. Rafael para entonces ya se había ido a Cuba. Pepet se quedó, habíendose casado con una catalana llamada Marina Amell. Pepet y Marina más tarde serían los padrinos de Carmita, la hija de Gustavo.

Tavo, como le decían a Gustavo Riera y Vidal, también puso vela hacia Cuba antes del fin de siglo. Tenía sólo 17 años de edad, pero buscaba su propia fortuna.

Poco despúes nacieron Salvadora y, mas tarde, Concha. Se quedaron en España. Salvadora se caso con un catalán de nombre Alberti. Concha se casó con Francisco Jansá.

Al comenzar el siglo nuevo, Ernesto desapareció sin dejar rastro. Mientras tanto, en el llamado Nuevo Mundo, Rafael Riera se encontró una Guantanamera llamada Juanita. Tuvieron una hija, María, y un hijo, Rafaelito.

En la década de los 1930, durante la Guerra Civil española, cayó una bomba sobre la Calle Mayor en Sitges. El daño a la casa de los Riera Vidal incluyó la pérdida de documentos genealógicos de la familia que se remontaban hasta el siglo XVI.

 

Tavo y Pepa

En Cuba, Tavo desarrolló fábricas de prendas de vestir y un negocio de textiles. Se casó con Josefa Villafuerte Vallete, llamada Pepa. Sus padres eran José Villafuerte, de la provincia de Camagüey, y Fernanda Bordenause de la Vallete, de la provincia de Oriente. La propia Pepa nació en Camagüey en 1895. El nombre de soltera de la madre de José era Baster; el nombre de soltera de su madre, Mangles.

En 1912 Pepa terminó su bachillerato en la Habana. Como regalo de graduación, sus padres la llevaron en un vapor a Nueva York. Esto, en su tiempo, era un gran evento: la muchedumbre se reunía en la bahía para darles a los pasajeros una festiva despedida. Los Villafuertes no sabían mucho de inglés, pero en el barco conocieron a un joven (catorce años mayor que Pepa), que viajaba con frecuencia por razones de negocio a EU, y que sí sabía hablar inglés. Ofreció su ayuda. El hombre, claro está, era Tavo, y el resto es historia. Se casaron en 1913.

El primer hijo de Tavo y Pepa fue bautizado con el nombre de Gustavo Riera Villafuerte, y le decían Tavito. La Primera Guerra Mundial estalló entonces, y no se acabó hasta que nació su segundo hijo, María Josefa, a quien le decían Pepita. Cuenta la familia que Tavito (2 de junio de 1914) trajo la guerra y Pepita (18 de febrero de 1918) trajo la paz. Tavito siempre dijo que era al revés. Ambos nacieron en la Habana.

A Tavo le iban bien las cosas en ese tiempo. Trabajaba como representante de firmas de textiles estadunidenses, y era también dueño de una tienda de ropa llamada "La Yarda," en la popular esquina de San Rafael y Belascoaín. La familia viajaba todos los años a España, donde él compraba mas cosas para su tienda en la Habana. Cuando Pepa quedó encinta una tercera vez, Tavo compró y amuebló una casa en Barcelona, pensando en mudarse de vuelta para quedarse. Esperaba que tuvieran un varón catalán. Se mudaron a la casa de Barcelona en 1923. A Pepa le gustaba la vida allí: muchos parientes siempre reuniéndose y divirtiéndose. El tercero resultó ser hembra: María del Carmen (Carmita) nació el 26 de marzo de 1923.

Mientras tanto, el socio de negocios Tavo en la Habana lo había estado estafando en secreto. Para cuando Tavo se dió cuenta, las pérdidas eran cuantiosas. Dejaron la casa en España tal y como estaba y volvieron a Cuba cuando Carmita tenía sólo meses de edad. Se mudaron por un tiempo al tercer piso en los altos de "La Yarda." Poco después, Tavo cerró la tienda. Entre el desfalco de su socio y la Depresión, ya los tiempos no eran buenos. Pudieron mantener la casa en Barcelona por unos años más, pero eventualmente abandonaron toda esperanza de volver. Le pidieron a Pepet, el hermano de Tavo y el padrino de Carmita, que empacara a todos los muebles, las lámparas, la loza, el vidrio, la lencería, etc. de la casa y los embarcara a la Habana. La llegada de éstos, todos a la vez, es uno de los recuerdos más memorables de la niñez de Carmita.

Después de su regreso a la Habana, Tavito comenzó a asistir a la escuela de La Salle en el Vedado. Se graduó de sobresaliente en el comercio y fue enviado por dos años más a otra escuela de La Salle en St. Paul, Covington, cerca de Nueva Orleans, Louisiana. Allí aprendió contabilidad y un manejo perfecto del inglés, convirtiéndose en un ayudante maravilloso para el negocio de su padre. Casi todas las firmas que representaban estaban radicadas en Nueva York, con almacenes en la Habana. Una o dos veces al año, Tavo tomaba el vapor a Nueva York.

En julio de 1935 los Riera llevaron a sus dos hijas en vacaciones de dos meses a Miami. Como el viaje que a Pepa le habían dado al graduarse 23 años antes, este viaje era para celebrar la graduación de Pepita de la escuela del Sagrado Corazón. También en julio, 25 años después, Carmita se encontraría de viaje hacia Miami, un viaje mucho más fatídico. Esa vez, estaría llevando a sus propios hijos, con el mayor de la misma edad de ella en este viaje. Pero nos adelantamos.

En noviembre de 1939 Pepita, habiéndose peleado con su novio Alfonso, anunció que ingresaría al convento para hacerse monja. Su padre se opuso a una decisión tan apresurada y emocional. Dos días después, Pepita desapareció. Sus padres la buscaron fránticamente. Después de dos semanas de silencio recibieron una llamada de el convento del Sagrado Corazón en Santiago, que queda en Oriente al otro extremo de la isla. La llamada confirmó que Pepita esta escondida pero que pronto sería aceptada para comenzar su entrenamiento religioso. Tavo quedó profundamente sacudido, pero Pepita permaneció en el convento.

Carmita tenía 16 años. Antes, ese mismo año, su hermano Tavito se había casado con Mercy Grau. Ahora Mercy estaba enferma de gravedad. Los doctores no podían precisar un diagnosis. Se puso peor, y fue internada en el hospital por muchos meses. Probaron con ella las nuevos compuestos de sulfa y otras medicinas. Pero sin éxito. Le dieron la Extrema Unción muchas veces.

En marzo de 1940 una biopsis reveló que Tavo tenía cáncer de la laringe, y él también fue ingresado. Pepita por fin volvió para visitarlo. En mayo lo operaron, pero dentro de 3 o 4 días Tavo había fallecido, sin haber llegado a los 60 años. Pepita volvió al convento. Pepa, acongojada, pronto se enfermó. Le diagnosticaron un quiste del ovario. También fue hospitalizada y operada. Acompañándola en el hospital, Carmita vió como se debilitaba y vomitaba sangre. Una úlcera estomacal, asintomática y no diagnosticada, había hecho hemorragia. Murió en los brazos de Carmita el 8 de febrero de 1941.

 

Gustavo (Tavito)

Le tocó a Gustavo manejar el negocio de su padre; con una hermana jovencita sola en la casa de sus padres recién fallecidos; con una hermana distanciada y atrapada por una ilusión religiosa; and con una esposa moribunda que llevaba la mayor parte de dos años en el hospital. Se lanzó de lleno a su trabajo.

El negocio de Tavo había suministrado a los fabricantes de muebles con el material en bruto de relleno para muebles. Gustavo clausuró el negocio, pagó las deudas, y con el tiempo abrió la primera fábrica de espuma de goma en Cuba.

Se había mudado a la casa de sus padres, donde junto con su hermana mantenía la oficina. Una vez que Mercy se recuperó un poco, después de unas 38 transfusiones de sangre y suficientes drogas para llenar una farmacia, se mudó a la misma casa. Le habían diagnosticado la enfermedad de Hodgkin, y nunca pudo concebir. Gustavo deseaba mucho tener hijos, especialmente varones.

La hermana de Mercy ya tenía cuatro hijos. Estaba encinta de nuevo cuando su menor contrajo tuberculosis. El doctor nunca hubiera permitido que el recién nacido viviera en la misma casa que el niño infectado. Así que cuando Ana María nació la mandaron a vivir con los Riera. Ahí permaneció por la mayor parte de su niñez, diciéndole Mami a Mercy. Cuando Gustavo y Mercy se divorciaron después, Ana María volvió a vivir con sus padres biológicos. Años después, Ana María adoptaría ella misma a dos hijos. Vive ahora con su esposo en Houston. A una edad avanzada Mercy se fracturó la cadedra. Le insertaron una clavija pero ella murió poco después, en Houston, en febrero de 1996.

El segundo matrimonio de Gustavo fue con Rosario Sierra (Charo), su secretaria por dos años en la Compañía Nacional de Guatas en Lawton. Ella vivía en Calle Muralla en La Habana Vieja. Para ir al trabajo cada día caminaba siete cuadras a la casa de correos a recoger el correo de la compañía, tomaba el autobus ahí, se transfería a otro en Carlos III, y la dejaban a tres cuadras de la fábrica.

Charo consiguió su puesto a través de Ventura Urrieta y Echevarría, un señor conocido por la familia de Charo que trabajaba para Gustavo en ventas. El vivía en una habitación en la misma fábrica. Le convenía ya que era soltero y ya mas de cincuenta, y así podía vigilar al edificio por la noche. Cuando Gustavo construyó la fábrica nueva en El Lucero incluyeron un apartamento para Ventura para seguir con el mismo arreglo.

Mientras Charo estaba de visita con su tia en Nueva Orleans por varios meses, Gustavo y Mercy divorciaron. Despues Gustavo le pidió al Sr. Sierra la mano de su hija, y permiso a visitarla en Nueva Orleans. Allá la visitó varias veces. Se casaron en La Habana el 12 de agosto de 1951.

 

Pepita

Pepita permaneció en el Sagrado Corazón por varios años. Poco antes de hacer sus votos finales dejó el convento. Escribió entonces un libro, "Bajo el hábito," revelando los extremos absurdos a los que las monjas se someten dentro de los muros del convento. El libro se vendió a través de la isla y fue traducido a otros idiomas, lanzando su carrera de escritora. Escribió novelas románticas, muchas de ellas consideradas escandalosas en aquel tiempo debido a su contenido sexual. Ella fue muy atractiva de joven, con una figura esbelta y una cierta chispa en sus ojos.

Cuando la fiebre revolucionaria cundió en Cuba en los años 50, Pepita dejó su máquina de escribir y subió a la Sierra Maestra para unirse al carismático Fidel Castro. Se dió a conocer como la voz de Radio Rebelde. Después de que Castro tomara el poder, redefiniendo a la revolución, rompió con él y dió entrevistas críticas a la prensa. Clandestinamente escapó de la isla a través de la embajada brasileña. Una vez en EU se unió a la CIA para seguir la lucha contra Fidel. Se casó con Bernard DeLorne pero nunca tuvo hijos. El murió en 1990, dejándola sin un centavo en Miami. Se mudó a un hogar de convalescientes en 1995.

                       

 

VIDA Y MUERTE DE PEPITA RIERA

 

La vida y muerte de Pepita Riera fueron, en un sentido, igual a las de miles y miles de cubanos contemporáneos; en otro sentido, una aventura totalmente fuera de lo común.

Su padre, Gustavo Riera, un catalán de fin de siglo, cuando era un muchachón entre numerosos hermanos y hermanas, decidió un día partir de Barcelona hacia La Habana "para abrirse paso en América." Poseía esos dones de independencia audaz, inteligencia práctica y tesonera capacidad empresarial (de "entrepreneur") que caracterizaron a un gran número de los españoles peninsulares que (antes y después de la República) vinieron a Cuba para conocerla, amarla, fecundarla y contribuir a su progreso, y se quedaron para siempre en una isla que era, en frase de Colón, "la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto."

Una camagüeyana joven, Josefa Villafuerte (Pepa), al graduarse de bachillerato en el Colegio del Sagrado Corazón, fue premiada por sus padres con un viaje a Nueva York acompañada por una chaperona. Antes de partir, conocieron al Sr. Riera, que iba en viaje de negocios, y quien les aseguró a los padres y a las viajeras que con gusto les serviría de cicerone en la gran ciudad newyorquina, la cual ya él conocía. De allí surgió paulatinamente un romance, un matrimonio, y una familia.

El primer hijo, Tavito, nació en 1914; en 1918 nació una niña, Pepita, y en 1923 otra niña más, Carmita, que vió la luz en Barcelona durante un viaje de la familia a España. Con el tiempo Tavito completó brillantemente sus estudios de Comercio, incluyendo un curso en Louisiana con los Hermanos de la Salle. Pepita, después de graduarse de bachillerato en el Sagrado Corazón de La Habana, empezó un noviazgo que cortó abrúptamente, y se marchó de súbito a un convento de la misma Orden religiosa. Entre novicia y monja se mantuvo como ocho años de maestra en los colegios habaneros del Sagrado Corazón. Pidió entonces dispensa de sus votos, la consiguió, colgó los hábitos y se metamorfoseó en novelista radial, y además publicó algunas novelas de tipo romance. En el entretanto, fracasó en un negocio de fábrica de mosaicos. Carmita y yo nos casamos en 1947, y tuvimos cinco hijos de 1948 a 1955. Para entonces, un Golpe de Estado totalmente injustificable del general Fulgencio Batista en marzo de 1952 había derogado al gobierno y a la Constitución, el pueblo había reaccionado con indignación, y se había creado un clima revolucionario en la nación.

Pepita, para sorpresa de muchos, "se fue al monte" con el grupo alzado en armas de Hubert Matos (con las huestes de Fidel Castro) y se convirtió en la voz radial clandestina que cada noche transmitía "desde el territorio libre de Cuba" en las montañas de Oriente. Bastante pronto, sin embargo, como bien recordamos los que vivimos aquel período turbulento, Fidel, Raúl y el Che empezaron a enseñar las orejas, y se transformaron en lo que el pueblo bautizó como "melones" (verde por fuera y rojo por dentro), y la reacción no se hizo esperar. Se fundó, entre otros, el MRR (Movimiento de Recuperación Revolucionaria) para rescatar el programa inicial de la Revolución que los hermanos Castro, desde el poder, habían convertido en un partido totalitario, marxista‐leninista‐stalinista.

Pepita se asiló en una embajada, y unos meses después partió hacia los Estados Unidos, donde empezó a trabajar activamente con el gobierno norteamericano, a recibir a los jóvenes que llegaban diariamente, a denunciar el engaño de Castro, y a conspirar contra el castrismo con su pluma y sus actividades clandestinas. Esta colaboración política duró una década y terminó como las de tantísimos otros casos similares: con la desilusión.

Pepita contrajo matrimonio entonces con un norteamericano de nacimiento cuya familia descendía de canadienses franceses y católicos. El había sufrido un accidente de trabajo que lo obligaba a usar intermitentemente un aparatoortopédico, o un bastón, para poder caminar, y por eso trataba de evitar la vida social o de atraer la atención. Vivieron por varios años en una casita recoleta en las cercanías de Coral Gables, donde Carmita y yo y Charo visitábamos periódicamente, o hablábamos con ella por teléfono, o nos escribíamos con cierta frecuencia, hasta que el esposo, en la convalescencia de una grave operación, murió en su casa en una madrugada a fines de 1991. Pepita quedó sola y viuda, y por varios años su consuelo fue llenar la casa de recuerdos, cuadros, libros y magazines que giraban alrededor de temas cubanos, o de innumerables retratos de sus diez sobrinos (los cuatro de Tavito y Charo, y los seis de Carmita y yo).

Poco a poco comenzó a declinar orgánica y psicológicamente: fracturas, mala alimentación, olvidos y confusiones, fantasías confabulatorias, atrofia cerebral progresiva. Una fractura de cadera en 1995 puso punto final a su vida independiente y hubo que ingresarla en una institución de tratamiento a largo plazo. Allí se recuperó físicamente, pero el proceso mental continuo en deterioro. A principio del mes de septiembre de ese año Carmita, yo, y Tony (el ex‐esposo de Carucha, que nos sirvió voluntariamente de chofer y de ayuda), desmantelamos el apartamento de Pepita y dispusimos de sus propiedades. (Ese fue un gran trauma psíquico para Carmita, y además cinco semanas después, el viernes 13 de octubre, recibió el anonadante diagnóstico de cáncer de la pleura izquierda.)

Pepita continuó en el "long‐term care residential home" por otros dos años largos, pero más fracturas de cadera con sus correspondientes intervenciones quirúrgicas y anestesias, aceleraron su deterioro y la obligaron a frecuentes estadías en los hospitales. Al final de 1997 el desenlace se veía venir ya.

En sus últimos meses la visitaron Charo, Rubén Gustavo, Carucha, Berta Rosa, Estela Rosa, sacerdotes, diáconos, una antigua alumna del Sagrado Corazón a quien Pepita le había enseñado unas oraciones cuando era "la Madre Riera" y con quien pudo otra vez rezarlas juntas y, durante todo el largo proceso desde su primera fractura del brazo hasta su entierro, su visita más frecuente y su apoyo más eficaz fueron los de Adela Valcárcel, enfermera del médico ortopédico que la trató desde el principio de sus caídas. Adela, enfermera con habilidad de trabajadora social y alma impulsada por genuine caridad cristiana, fue la principal protagonista en este largo drama de la viudez solitaria de Pepita en sus últimos años.

El domingo 8 de febrero de 1998, día en que su cadáver estuvo expuesto, Pepita nos tenía reservada su última sorpresa. Asisteron al velorio alrededor de una veintena de personas, pero en las últimas horas llegó una delegación de miembros del MRR que, muy emocionalmente, levantaron una bandera cubana, cubrieron el féretro con la bandera del MRR, le hicieron guardia de honor, pronunciaron discursos elegíacos, rezaron por ella, y luego con el resto de los asistentes, entre los que se encontraban Carucha y Estela Rosa representando a la familia, se hizo un ruedo donde se contaron numerosas anécdotas de la existencia de Pepita, llenas de interés humano. Se habló de su belleza, de su elegancia, de su valentía, de su personalidad singular, de su religiosidad sui generis. Luis Arnaut había ordenado flores (como Charo y sus hijos, y yo y los míos) y presidió la delegación del MRR.

Así terminó la vida inusitada del último miembro de la familia original Riera‐Villafuerte, que comenzó hace más de un siglo en España, vivió en Cuba y por Cuba otro medio siglo, y ha llegado a su final en un cementerio de Miami, Florida, en los Estados Unidos de América.

Rubén D. Rumbaut

14 de febrero de 1998

 

 

Carmita

Desde temprana edad Carmita mostró un gran interés en el negocio familiar. Le gustaban la matemática y la contabilidad, tanto como el estar con su querido padre en el trabajo. El alababa su desempeño y también disfrutaba de su compañía. El negocio de textiles se hizo internacional, con las ventas a EU incrementándose después de que el cable telegráfico facilitara las comunicaciones. La familia se recuperó de la depresión económica experimentada por el país entero.

Después de la muerte de sus padres, Carmita devino una asistente excelente para su hermano, y ambos lucharon por años por mantener la residencia y el negocio familiar. También ayudó a Mercy, quien retornaba de sus muchas visitas al hospital con aparatos de caminar y sillas de ruedas. Más tarde trabajó como profesional publicitaria, llevando a cabo estudios de mercado para la subsidiaria cubana de Procter & Gamble, Sabatés.

Llegó a conocer al cienfueguero Rubén Darío Rumbaut a través de la Juventud Católica Cubana. Una de sus primeras citas se dió en la zarzuela de "Luisa Fernanda," en la cual se destacaba la canción "A la sombra de una sombrilla." Se casó con él después de de que él se graduara de la escuela de medicina. En seguida tuvieron a tres hijos. En 1948, 1949, y 1950 nacieron Rubén Gustavo, Luis Eduardo, y Carlos Alberto.

Para entonces, Gustavo (Tavito) ya se había casado con Charo, y comenzaron a tener hijos propios. En 1952 nació Lourdes Riera. En 1953 nació Miryam Rumbaut y Charo perdió el hijo que llevaba. En 1954 llegó Nancy Riera. En 1955, nacieron Beatriz Riera y María del Carmen Rumbaut (Carmen). El varón Riera no llegó hasta 1958. Le nombraron Gustavo, pero él se presenta como Gus.

 

Los Riera de Carolina del Norte

 

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Gustavo (Tavito) y su familia se mudaron a EU en agosto de 1960, pasando un tiempo en Nueva Orleans, Louisiana (con la tías de Charo) y en Miami, Florida con los Rumbauts. Para finalizar las visas de EU, viajaron a Panamá antes de radicarse en Statesville, Carolina del Norte, en enero de 1961. A través de su socio de negocios estadunidense en Cuba, C. Edward Lentz, Gustavo logró un puesto en William T. Burnette & Co., una compañía de guata de hule. Los niños estudiaron en la escuela pública. Dos años después de mudarse a EU, Gustavo murió de una hemorragia cerebral. Está enterrado en el Cementerio Oakwood en Statesville. Charo, quien tenía cuatro hijos de menos de 10 años de edad que mantener, sin hablar mucho inglés, se fue directamente a trabajar en las textileras Schneider Mills.

Cuando Gustavo murió, Lourdes, Nancy, y Bea ya estudiaban, pero Gus tenía sólo cuatro años de edad, así que fue enviado a Nueva Orleans para quedarase con las tías de Charo hasta junio, cuando las niñas saldrían de la escuela. Al año siguiente, se hicieron arreglos para que Gus asistiera a un programa pre-escolar mientras las niñas iban a la escuela y Charo trabajaba. Charo trabajaría también en Uniglass/United Merchants y en Rubbermaid, retirándose de esta última como gerente de control de producción en 1993 después de 23 años con la firma.

En agosto de 1996 se le diagnosticó tuberculosis a Charo, y tuvo que pasarse diez meses en un sanatorio en Black Mountain, Carolina del Norte. Pudo contratar con alguien para vivir en casa y cuidar los niños hasta fines de diciembre, pero después de las navidades de ese año los niños fueron repartidos entre los hogares de tres amistades cercanas de Charo. La familia se reunificó a las salida de Charo del sanatorio en junio. Poco después volvió al trabajo.

Por los próximos 15 años Charo financió la educación de sus hijos. Todos se encuentran ahora empleados feliz y productivamente. Despues de retirarse, Charo se mantenió activa en el Centro de Resolución de Disputas del Condado de Iredell y en la Cruz Roja Estadunidense. Fue parte del equipo de rescate en la ciudad de Nueva York la semana despues de Septiembre 11, 2001. En Junio 5, 2015, Charo murió en paz en Gordon Hospice House en Statesville, NC. Llevaron a cabo una misa en St. Philip the Apostle Catholic Church y el entierro en Oakwood Cemetery en Junio 8, 2015.

Los Riera son una familia pequeña. En las reuniones familiares se les dice a la nueva generación que "fructifiquen y se multipliquen," pero ¡no antes de haberse graduado de la universidad, de estar casados, y de estar listos para ello!

Charo nació con el nombre de Rosario Sierra Arias el 3 de marzo de 1930. Su madre era de Galicia y su padre de Asturias, ambas provincias españolas. Se casó con Gustavo en la Habana el 11 de agosto de 1951.

Lourdes nació el 3 de julio de 1952. Se graduó de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill en 1974, y recibió licenciaturas en Docencia de la Universidad de Carolina del Sur en Spartanburg. Se casó con William Woodrow Winters, Hijo, en Statesville el 13 de abril de 1974. Tienen un hijo, William Matthew Winters, nacido el 2 de octubre de 1983. Lourdes enseño inglés en high school hasta su retiro en 2013. Vive con su esposo en Statesville.

Nancy nació el 28 de julio de 1954. Se recibió con un diploma de enfermería de la Escuela de Enfermería del Hospital Presbiteriano. Se casó con Lawrence Manley Butler en Statesville. Sus dos hijos son Jessica Lynne Butler, nacida el 5 de diciembre de 1980, y Katherine Manley Butler, nacida el 9 de abril de 1985. Se divorció y se ha casado con Melton Wayne (Butch) Johnson. Nancy trabaja de Medical Case Manager y tiene plan de retirarse pronto.

Beatriz (Bea) nació el 29 de julio de 1955. Se graduó de la Universidad de Carolina del Norte en Cahpel Hill en 1977, recibiendo su licenciatura de la Universidad de Miami en Oxford, Ohio en 1981. Se casó con John David Swajkoski en Statesville el 14 de noviembre de 1981. Sus dos hijos son John David Swajkoski, Hijo, nacido el 6 de marzo de 1985, y Mary Carol Swajksoki, nacida el 5 de abril de 1988. Bea conseguió National Board Certification y fue Chair del Departamento de Consejería en William High School en Burlington hasta su retiro en 2010. Vive con su esposo en Burlington, NC.

Gustavo Antonio (Gus) nació el 25 de agosto de 1958. Se graduó de la Universidad de Carolina del Norte en 1980 como Estudioso de Morehead (título de distinción en el estudio). Ha viajado ampliamente en varios puestos con un número de compañías internacionales, incluyendo a Wrangler, Del Monte, y RJR Nabisco. Mas tarde conseguió un Masters en TESOL Education y cambió de carrera. Se casó con Lyris Botelho en julio de 1983 en St. Thomas, Virgin Islands. No tienen hijos, por decisión propia.
 

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